Durante mucho tiempo, los arquitectos consideraron principalmente los materiales de polímeros plásticos como materiales de construcción secundarios, que se pueden utilizar como materiales de superficie de cocina de alto rendimiento, pero que no se pueden aplicar prácticamente a todo el edificio. Sin embargo, con la mejora de las propiedades de los materiales provocada por el progreso tecnológico, los materiales poliméricos han comenzado a valorarse y convertirse en una herramienta útil en la caja de herramientas del arquitecto. Uno de los materiales poliméricos que contienen flúor ampliamente utilizado es el ETFE (copolímero de etileno-tetrafluoroetileno).
película de construcción ETFE fue desarrollado por primera vez por DuPont en la década de 1970 como una película liviana y resistente al calor que se puede usar como revestimiento en la industria aeroespacial. Desde entonces, la película se ha utilizado esporádicamente en agricultura y construcción, como revestimiento de invernaderos y protección de paneles solares. Luego, en 2001, este material marcó el comienzo de su primera aplicación a gran escala, como material de película superficial para el enorme invernadero circular del "Proyecto Eden" (Eden Project) en Cornualles, Inglaterra. El proyecto es una evolución del concepto de biosfera de Montreal de Buckminster Fuller. Arup, como consultora de ingeniería, eligió ETFE por su capacidad comprobada para regular el entorno construido al imprimir texturas específicas en la membrana y colocarlas en capas para ajustar la iluminación, lo cual es muy importante para construir un entorno específico para la planta. El clima artificial es muy necesario. Además, los arquitectos descubrieron que el bajo coeficiente de fricción de ETFE evita que el polvo se adhiera a las superficies, lo que reduce los costos de mantenimiento. En muchos proyectos posteriores, ETFE se ha utilizado ampliamente en varios escenarios.
A diferencia de los plásticos potencialmente peligrosos para la salud, como el cloruro de polivinilo (PVC), el ETFE es reciclable y duradero, y puede soportar condiciones climáticas extremas. Su costo de fabricación es moderado y el proceso de fabricación consume muy poca energía. Su naturaleza liviana hace que su transporte sea económico. Debido a su plasticidad, ETFE se comporta bien en respuesta a desastres naturales como terremotos y es ignífugo y resistente al fuego.
Los materiales de polímeros plásticos parecen haberse convertido en un material de construcción práctico y exitoso ampliamente aceptado, y el ETFE ha demostrado su buen desempeño en muchos proyectos de construcción. Ha llegado el momento de que los arquitectos sigan explorando nuevos usos para estos materiales.
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